Primera noche, y algo más de nuestro periplo por la Escocia de las Highlands.
Primero, llegada sin mayores inconvenientes a Edimburgo (Edimbro para la fauna local ).Alli, tras alguna dificultad para localizar la oficina de alquiler, y previo paso por la lenta gestión de easyjet, el paisano que nos alquila el coche, nos explica los habituales extras. No debiera tener mayor problema (cogemos un seguro extra, por si las moscas y el llenado del depósito ) si no fuera porque al fulano no le entendemos ni papa. Todo amabilidad pero habla un inglés con acento incomprensible. No importa cuantas veces lo repita. Nos preocupa el tema.
El coche, resulta ser un Astra, nuevo, de los de aquí, osea un Vauxhall, que no Opel.
Lleno de pijadas y botones, cuesta un rato hacerse a él, sobretodo porque es bastante alto, y es difícil hacerse conciencia de sus dimensiones.Algo imprescindible si tenemos en cuenta que vamos a estrenarnos en la conducción por la izquierda.
Salimos por fin, pasado un rato de estudio a la carrretera, y Gps como guia,iniciamos la marcha.
Sorprende ver que el GPS apunta a una distancia de 190 km a recorrer en poco más que un par de horas. Salimos de Edimburgo, pasamos Glasgow, que en la distancia no parece tan feo como dicen, y tomamos camino de Willock.Y pasadas unas 50 millas llegamos a Willock para descubrir, que la ruta propuesta por el Gps incluye un paseo en ferry. Nada, que nos ha tangado el Gps. Así que damos la vuelta, y volvemos, deshaciendo el camino para hacer la ruta planeada originalmente, no sin antes avisar al navegador que si nos vuelve a colar por un ferry sin avisar acaba en el fondo del loch.
Así pues, lo dicho, a desandar, y rodear, lentamente, primero un golfo, y luego, a internarnos en el Parque de los Trossachs, rodeando el Loch Lomond. El paraje es precioso, y cumple los paradigmas locales... lagos, prados, montes bajos pero escarpados.La ruta por aqui se va complicando poco a poco según se estrecha la carretera. Recordad, conduciendo por la Izquierda y con Marta diciendo cada dos por tres, te estas acercando, cuidado.
Agotados, y dandole un poco de caña, hemos llegado al Stonefield Castle, a las afueras de Tarbert. Lo siento, pero no hay fotos, porque hemos llegado pasadas las 11, y por el camino estábamos nerviosos para parar a hacerlas. Mañana cuelgo alguna. En todo caso, tranquiliza que al llegar el recepcionista, todo amabilidad y comprensión pese a las intempestivas horas, habla un inglés del Follow ME mucho mas comprensible
Las wifis por aquí son escasas, así que supongo que las fotos tendrán que esperar a mejor ocasión.